Hola, Annette. Es difícil contestarte sin leer lo que has escrito, pero en principio te diría que es mejor que tu conocimiento actual del pasado no se note demasiado, es decir, es mejor que cuentes las cosas desde el punto de vista de lo que entonces sabías. Como tú dices, tienes que intentar mantener el suspense. Los comentarios hechos desde la actualidad (lo que entonces no sabías y ahora sabes) los puedes poner, pero siempre que quede claro cuándo hablas desde el presente y cuándo desde el pasado. Te recomiendo que leas el libro de Mary Mc Carthy “Memorias de una joven católica”, ella lo resuelve de una manera muy original: cada capítulo está escrito desde el punto de vista de la niña que fue, y al final, añade unas cuantas páginas (en otro cuerpo de letra para que se vea bien la diferencia) en que comenta su propio capítulo desde el punto de vista de la adulta (tipo: “lo he contado tal como lo recuerdo, pero ahora pienso que seguramente no fue así, por tal y cual razón”).

Hola, Ligia. Para encontrar tu propia voz es indispensable, me parece, conocer distintas voces, es decir, ver cómo otras/os autoras/es han encontrado la suya, comprender en qué consiste una voz personal, en qué se diferencian, estilísticamente, Virginia Woolf y Louis-Ferdinand Céline, por ejemplo. Según mi experiencia, quienes empiezan a escribir tienden a usar un estilo muy impersonal, abstracto, monótono, que parece propio de un periódico o de un informe oficial.

Hola otra vez, Annette. Como han dicho las y los teóricas/os de la autobiografía, formalmente no hay ninguna diferencia entre una autobiografía y una novela. La única diferencia está en si el nombre del/a autor/a coincide con el nombre del/la protagonista. Y de todos modos, la mayor parte de la gente, incluso las/os críticas/os literarias/os o quienes forman jurados, no hilan muy fino en este tema. En resumen, creo que puedes presentar una autobiografía a un concurso de novela sin ningún problema. Los nombres de los demás personajes no importan, al fin y al cabo en las novelas históricas se usan nombres de personas reales (los personajes históricos) y no por eso son menos novelas. En cuanto a la diferencia entre memorias y autobiografía: las memorias hablan más bien de lo exterior (de otras personas, de acontecimientos históricos...) y la autobiografía, de la vida interior. Por ejemplo, el libro de Zorrilla “Recuerdos del tiempo viejo” (800 páginas trepidantes, pero al final no sabemos siquiera si Zorrilla se casó o se enamoró o tuvo hijos…) son unas memorias, los políticos también suelen escribir memorias, mientras que un libro como las “Confesiones” de San Agustín o el “Libro de la vida” de Santa Teresa, que cuentan sus experiencias místicas, hacen examen de conciencia, etc, son autobiografías. Pero no es una diferencia tajante, sino una cuestión de grado: memorias y autobiografía son como extremos de un abanico y hay muchos libros que ocupan un espacio intermedio.

¡Gracias a ti, Isabel! Espero que escribas mucho, pero también que leas. Como edecía no sé quién, se puede escribir bien sin haber escrito nunca, pero es imposible escribir bien sin haber leído. Hay que leer mucho, y bueno, y formarse un gusto personal. ¡Y es un placer tal descubrir autoras/es, libros...!

Igualmente, Flor, yo también espero que sigamos en contacto en persona o virtualmente.

¡Gracias a ti, Pedro!, me alegro de haberte sido útil.

Buena pregunta. Creo que la escritura literaria, y en general toda forma de creación, siempre es terapeútica, pero la escritura autobiográfica lo es mucho más. Nos permite entendernos, formular las preguntas implícitas en nuestra vida. De todos modos, como decía un psicoanalista refiriéndose al gran diarista Amiel: "le faltó la figura del otro". Sin alguien que nos escuche desde fuera terminamos dando vueltas en la misma noria, no conseguimos ver nuestros problemas desde una perspectiva nueva.

En un sentido muy amplio, es verdad: podemos decir que toda ficción es autobiográfica porque proyecta hacia fuera, disfrazándola de personajes, las vivencias del autor/a, o sus fantasías, que también proceden (aunque sea negativamente) de sus vivencias. Pero en un sentido estricto, autoficción es un relato que juega a propósito con la ambigüedad sobre si es autobiografía o novela, y en ese sentido es un género de aparición muy reciente; quizá el primer ejemplo es A la búsqueda del tiempo perdido de Proust.

Métodos no hay; la literatura no es una ciencia exacta, y cada maestrillo tiene su librillo. Yo creo que frente a esta cuestión como frente a todas, lo que debe hacer un/a escritor/a es leer los libros que más se parezcan a lo que quiere hacer, y preguntarse: ¿Cómo lo ha hecho? ¿Qué le ha salido bien, y en qué ha fallado? ¿Qué puedo imitar, y qué puedo mejorar, respecto a este libro? O sea, te recomiendo que leas autobiografías: San Agustín (Confesiones), Santa Teresa (Libro de la vida), Rousseau (Confesiones), Sartre (Las palabras), Mary Mc Carthy (Memorias de una joven católica), Simone de Beauvoir (Memorias de una joven formal, etc), Esther Tusquets (Habíamos ganado la guerra), Virginia Woolf (Momentos de vida)...

Es un verdadero problema. Da pudor, se siente una culpable porque es una la que está dando su versión de la historia y los demás no podrán dar públicamente la suya... ¿Solución? quizá publicar la autobiografía mucho tiempo después de los hechos (yo he tardado 20 años en publicar mi diario de los primeros 90, "Una vida subterránea"). Pero también creo que debemos sentirnos autorizadas, sentir que tenemos derecho a hacerlo, forma parte de la identidad y el proyecto del escritor/a. Es inevitable que el/la autobiógrafa/o sea juez y parte; solo creo que hay que ejercer ese doble papel cotnradictorio de la manera más honrada posible, o sea, no convertir el texto en un ajuste de cuentas, intentar ser justa/o; y no olvidar que no estamos hablando de nosotras mismas, egoístamente, sino que nos tomamos como simple muestra de algo general. Una autora que lo resuelve maravillosamente es Annie Ernaux, que dice que es "una antropóloga de sí misma". Recomiendo todos sus libros, quizá sobre todo "La mujer helada"; también "El acontecimiento" o "La ocupación" o "Pura pasión" o "Perderse"... ¡la adoro!

Hola, Luz, encantada de saludarte y en unos días te escribo. Claro que se puede y quizá hasta se debe mezclar escritos con distintos tonos en el diario, pero a juzgar por tus preguntas creo que no estás hablando realmente de tono (p ej: tono reflexivo, factual, lírico, irónico, etc) sino de mezclar temas. La mezcla, la imporvisación, son características del diario como género, y los diarios más ricos son los que cuentan la vida cotidiana, y además hacen reflexiones políticas o sobre libros leídos o sobre lo que sea, y además hacen introspección, y además describen el paisaje, etc, etc. Lee por ejemplo el diario de Virginia Woolf, o el de Sylvia Plath, y lo verás.

No exactamente. En realidad los hombres han practicado mucho más que las mujeres todos los géneros literarios, incluidos los del yo, es decir, ellos han escrito mucho más (aunque las mujeres no han escrito tan poco como se cree). Lo mejor para iniciarse en esta cuestión es leer "Una habitación propia" de V. Woolf. Lo propio de las mujeres no es tanto tal o cual género literario (aunque es cierto que en cada momento y lugar dados ellas se inclinan más por ciertos géneros que por otros, pero estos géneros favoritos de las mujeres no son siempre los mismos), como ciedrtos personajes y temáticas: ellas dan más protagonismo a los personajes femeninos, crean personajes femeninos nuevos (la vieja, la niña, la mujer con ambición artística, el ama de casa...), reflejan experiencias femeninas, como la maternidad... y lo que pasa es que estos temas se consideran (por parte de la cultura patriarcal dominante) de segunda categoría y propios de la subcultura. Y en efecto hasta ahora los ha tratado la subcultura más que la alta cultura (ejemplo clarísimo: el embarazo, el parto, etc). Nuestra tarea debería ser rescatarlos de la subcultura y hacer alta cultura con ellos.

No sé (he leído muchos cuentos de Alice Munro pero no sé si he leído ese libro). ¿Es un realto unitario o son cuentos (o cuentos que forman un relato, con los mismos personajes y un hilo narrativo)? ¿Está escrito en primera persona? ¿La protagonista se llama Alice?...

La primera pregunta no te la sé contestar, pregunta a Funetetaja, ellos son los que se ocupan de estas cosas. La segunda: mi consejo es que sea sincera/o, incluso brutal, que no intente disimular y emborronar. En fin, quizá va a gustos y yo lo que busco en estos momentos son autobiografías de verdad, valientes, no autoficciones. Mi consejo en general a cualquiera que empieza es que lea mucho, que busque los libros que más se parezcan a lo que intenta hacer y aprenda de ellos, y también, que trabaje mucho pero no se impaciente por publicar.

¡Gracias a ti! :)

Sobre relaciones padre-hija hay muy poco, la verdad, y menos desde el punto de vista del padre, no se me ocurre ningún ejemplo. En cuanto a esa "especie de ensayo sobre como se debe ser en la vida", me da mala espina, la verdad, creo que las conclusiones se deberían desprendcer, si acaso, de lo que narres, no exponerse tal cual, pues te arriesgas a decir cosas muy generales, poco originales y hasta banales. (Perdón por la rima interna, si esto lo hubiera escrito un/a alumna/o mía en un taller, le pediría que lo corrigiera...:) )

Creo que llevamos dentro un crítico muy exigente y duro, que nos corta las alas, y hay que conseguir que se calle. Por lo demás, mi fórmula (pero no le sirve a todo el mundo) para encontrar la inspiración es cambiar de género: si no consigo armar una novela, escribo cuentos, y si no, escribo diario (bueno, eso lo escribo siempre), y si no, escojo un episodio cualquiera de mi vida y procuro escribirlo, en forma de autobiografía o de lo que salga... No hay que obsesionarse por encontrar una buena historia; como decía Ortega en sus "Ideas sobre la novela", "no se afane el escritor por hallar un asunto interesante. Cualquiera sirve". Nuestro trabajo no es tanto inventar cosas extraordinarias como sacarle punta a lo ordinario, creo yo.

Que lo que narra una autobiografía sea real, que sucediera literalmente, o que por el contrario esté más o menos falseado por un recuerdo inexacto o por la imaginación, es algo que no tiene ninguna importancia desde un punto de vista literario, mientras lo que se cuenta sea verosímil. Si acaso sería importante desde un punto de vista histórico, pero eso solo debe importarle a los personajes públicos (políticos, por ejemplo), que tienen el deber de decir la verdad.

hola, Yenia, tú por aquí, qué bien. No sé muy bien lo que quieres decir con "secuencial", supongo que algo así como fragmentario. Eso no tiene por qué ser un problema, de hecho me parece un buen recurso para evitar los "tiempos muertos" de muchas autobiografías. Mira, te recomiendo un libro, espero que lo encuentres, es la autobiografía de un niño (bueno, no se puede llamar así porque usa nombres supuestos, pero ese es otro tema) hecha de pequeñas escenas: "Pelo de zanahoria", de Jules Renard. Cuenta escenas entre un niño y su madre (personaje diabólico). Y aunque no me vienen a la cabeza, hay otros ejemplos.

De nada. Podéis seguir preguntando, hay tiempo.

Ah, el diario de Pla, "El quadern gris", es una gran, gran obra. Y luego tiene otras estupendas, como las "Cartes de lluny", escritas en sus viajes (magistrales las descripciones de Londres), y los divertidísimos cuentos de "Viatge en autobús", y unas "Hsitorias de Cadaqués" creo, o "Històries de mar"... ¡Qué gran escritor!

No lo he leído, hace años que quiero leerlo. Al parecer es realmente un diario verdadero de autoría desconocida. A ver si lo leo de una vez. Pero hoy en día me parece que es muy difícil publicar algo anónimamente, además nadie entendería por qué, a menos que su contenido sea muy escandaloso.

Te recomiendo el libro (creo que pertenece al género de autoficción, o sea, es una autobiografía pero sin nombres o con nombres cambiados) "La separación" de Dan Franck, un autor francés, está publicado en español. Y todavía mejor, mira: Annie Ernaux publicó un relato (creo que de autoficción, también) que relataba su "affair" con un hombre casado, titulado "Pura pasión", y unos años después, publicó su diario de esa época, donde relata lo mismo, pero en forma de diario: "Perderse", se titula. Es muy interesante comparar los dos, y ahí verás las vetnajas, inconvenientes, interés... de uno y de otro. Pero ve con cuidado, es difícil que un falso diario (si he entendido bien, eso es lo que quieres hacer: un diario escrito realmente a posteriori) sea convincente. En cuanto a encasillar el escrito en un género, es imprescindible, por razones que sería largo explicar. Al menos, imprescindible para escritorxs principiantes.

Sñì, croe que es mejor retocar un diario (no demasiado... aunque no sé: al parecer Pla reescribió completamente el suyo y el resultado es una obra maestra) que escribir un "falso diario" y hacerlo pasar por verdadero, lo propio del diario es la vacilación, la búsqueda... y eso, si no es auténtico, es muy difícil de fingir.

Sí, Annie Ernaux tiene un club de fans, es una autora discreta pero muchas/os lectoras/es la seguimos con verdadera pasión. Me extraña que no sea más conocida en España. cierto que algunas de sus obras, como "Los años" (una especie de memorias entre personales y colectivas) están llenas de referencias muy francesas, quizá es por eso...

¡Ah, sí, claro!, me gustó muchísimo ese libro de Delphine de Vigan. Todo suena tan auténtico, tan en su justa medida, sin aspavientos, a pesar del dramatismo de lo que cuenta... En cambio hay otro libro también muy reciente que pasa por ser una autobiogtrafía grandiosa y que a mí más bien me aburrió: me refiero a eso del noruego Knausgard, de no sé cuántos tomos: "La muerte del padre" (el que leí), "Un hombre enamorado"... Lo han comparado con Proust, y como fan de Proust, casi me ofende... Pero en fin, lo mismo a ti te gusta, no quiero influir a nadie con mis prejuicios... Otra autobiógrafa super original es Amélie Nothomb, recomiendo vivamente su "Metafísica de los tubos".

Ya, pero lo del seudónimo es tirar la piedra y esconder la mano: es probable que la gente que justamente no quieres que se entere, sea la primera en enterarse y en identificar a esas personas. Yo he tenido ese problema con mi diario ("Una vida subterránea, diario 1991-1994") y lo he intentado resolver de varias maneras: en algunos casos doy los nombres (porque pienso que aunque no los diera se reconocerían igual) e intento limar, no poner cosas muy agresivas o indiscretas. en otros casos cambio completamente el nombre y además los datos que permitirían identificar a la persona (y entonces sí hablo de esa persona sinceramente, incluyendo cosas que no sería de su agrado leer).

No hay ningún problema en publicar con seudónimo, pero la pregunta es: ¿por qué, para qué? Hay quien usa un seudónimo porque su nombre real es demasiado normalito, caso por ejemplo de Ana Rossetti, o se parece demasiado a un nombre conocido, como Francisco Casavella, que se llamaba Fco García Hortelano (apellidos d eun novelista famoso hace años). ¿Estás pensando en usar seudónimo por ese motivo o por otro?

¿Te interesan las cartas reales, o la novela epistolar? Si es esto último te recomiendo "Las amistades peligrosas", la maravillosa novela del s. XVIII de Choderlos de Laclos.

Sí, claro que he censurado cosas, porque hay personajes a los que puedo disfrazar, mezclar (por ejemplo las amigas o los amigos, a veces le atribuyo a uno datos de otro, mezclo sus historias, etc, para que nadie los pueda reconocer, si es posible ni siquiera ellos mismos) pero cuando hablo de mi marido o de mis padres, no puedo disimular quién son, entonces simplemente me he callado muchas cosas (o sea están en el diario pero las he censurado). Creo que no tengo derecho a divulgar cosas que pueden ser verdad, pero que no me pertenecen. Dicho esto, sigo teniendo dudas respecto a dónde poner exactamente la frontera. De un lado estimo no tener derecho, etc, del otro, no quiero hacer uno de esos diarios o autobiografías inofensivos y edulcorados, que es algo que detesto: pienso que para escribir un libro así (por miedo a que se enfade este o se ofenda aquella o pasar vergüenza una misma), mejor no escribirlo y listos.

Es que hay detalles y detalles. Hay que seleccionar los detalles con más fuerza, más plasticidad, los más originales. Te recomiendo un libro titulado "Cómo no escribir una novela" que lo explica muy bien, en un capítulo titulado algo así como "Descripción e inventario". el libro es un poco superficial pero divertidísimo y bastante útil. sus autores se llaman Mittelmark y Newman y lo publicó no hace muchos años Seix Barral.

¡Gracias, Luz, yo también espero que sea posible!

Hola, María Rosa. La verdad es que la opinión de lectorxs amigxs no tiene gran valor. Lo mejor es que la lea alguien profesional y si no, en todo caso, personas no muy amigas y que a su vez escriban (los talleres "inrter pares", entre iguales, quizá no son tan útiles como un taller con un/a profesional, pero son útiles a pesar de todo). Lo de la división en capítulos no es bueno o malo en sí, pero lo que dices me da la impresión de una división convencional, que me hace pensar que es una autobiografía también convencional... ¿qué autobiografías ha s leído? Intenta aprender de autobiografías originales, como "Nada se opone a la noche" o "Metafísica de los tubos", por decir algo.